¡Tiempo! Generalmente emprendemos, entre otras razones, porque queremos “más tiempo”. Y luego descubrimos –a veces forzosamente– que ahora estamos más ocupados que antes y que el tiempo “nos alcanza menos”.
Si a eso le sumamos que generalmente comenzamos siendo el hombre orquesta, haciendo todo solos –desde la creación de contenido y el diseño de productos hasta la atención al cliente y el registro contable– debido a la sed que tenemos de avanzar en nuestros proyectos nos convertimos en workaholics y, como disfrutamos tanto lo que hacemos, nos cuesta parar, incluso cuando es necesario. Muchas veces nuestro cuerpo, luego de darnos signos de alerta por varios días con un sutil recordatorio para que descansemos y recarguemos energía, termina haciendo florecer una gripe o una migraña que nos tumba en la cama, porque es la única forma de hacernos levantar de la silla y parar de trabajar.
La realidad de muchos emprendedores es que al no gestionar bien su tiempo, terminan comprometiéndose con demasiadas cosas que les llevan a abusar de su cuerpo y a malgastar su energía y sus horas en acciones que no necesariamente les ayudan a avanzar en sus emprendimientos, simplemente por tener la errónea idea de que mantenerse ocupados es ser más productivos.
Recuerda:
El movimiento no siempre significa avance
Para nosotros, los emprendedores digitales, las distracciones están literalmente al alcance de la mano porque trabajamos en internet. Por ello, ser eficientes en el uso de nuestro tiempo requiere mucho enfoque y disciplina, además de aprender a diferenciar lo urgente de lo importante.
Aprender a gestionar mi tiempo productivamente ha sido uno de mis mayores retos. A lo largo de muchos años, sobreestimar mi tiempo me hizo inclumplir con proyectos de mis clientes, postergar mis propios proyectos y dejarme verdaderamente agotada.
Si de algo han servido todas esas metidas de pata es en que hoy en día soy super quisquillosa con el uso de mi tiempo y he convertido al enfoque y la disciplina en mis dos mejores aliados para emprender.
En este artículo te explicaré una a una las técnicas que utilizo para ser más productiva, a fin de que las pruebes y las incorpores, según sientas que funcionan para ti.
- Planifica tu agenda semanalmente con antelación
- Asigna un máximo de 3 tareas al día
- Incorpora la técnica Pomodoro
- Apaga y aleja los distractores
- Enfócate en una sola cosa a la vez ¡Adiós al multitasking!
- Medita y mueve tu energía
- Evalúa semanalmente tus avances y objetivos
- Educa a tu entorno sobre tu espacio de trabajo
¡Sin más, comencemos!…
PLANIFICA TU AGENDA SEMANALMENTE CON ANTELACIÓN.
Cada viernes o domingo en la tarde (dependiendo del día que cierre mi semana laboral) me siento a escribir mis tareas de la siguiente semana; y cada vez, sin excepción, me hago estas 2 preguntas:
- ¿Esto me hará producir más dinero o generar más ventas?
- ¿Esto contribuirá a crecer mi comunidad o estrechar la relación con mis clientes?
Si la respuesta es no en alguna de esas preguntas, descarto esa actividad. Los emprendedores usualmente comenzamos trabajando solos, haciendo todo nosotros mismos, por ende, no debemos darnos el lujo de ocupar nuestro tiempo en tareas que no sumen dinero o relaciones a nuestro negocio.
Una vez respondidas esas preguntas, me siento a planificar un objetivo principal para esa semana. ¿Qué intención le pondré? ¿Qué es lo más importante para poner foco? Luego comienzo a asignar tareas por día. Siempre incluye al menos una tarea de mi negocio –ya sean procesos internos, creación de contenido o formación– y dos asignaciones relacionadas a los trabajos de mis clientes.
Planificar con antelación te libera de tener que tomar decisiones diariamente sobre lo que es importante o urgente hacer. No tienes por qué tenerlo todo en tu cabeza ni evaluarlo cada día.
Imagina la dicha absoluta de levantarte cada día con la mente en blanco, revisar tu agenda y tener allí paso a paso tu plan diario listo para accionar. Enfocar tu energía en la ejecución de tus tareas te da la libertad de optimizar el uso de tu tiempo.
ASIGNA UN MÁXIMO DE 3 TAREAS AL DÍA.
Mi mayor error en cuanto a la productividad, desde que tengo uso de razón, ha sido sobreestimar mi tiempo. Calcular el tiempo que va a tomarme una tarea siempre ha sido mi talón de Aquiles, por lo que en un solo día terminaba poniéndome demasiadas cosas por hacer y, por supuesto, pasaba el día ansiosa por cumplir mi agenda, y frustrada al final por no lograrlo.
A menos que trabajes 20 horas al día, créeme, no te alcanzará el tiempo para hacer más de 3 tareas bien ejecutadas. Y si terminas antes, es mejor que te sobre tiempo a que te falte. Sin ser rígidos, porque somos humanos, verás que a veces podrás asignar 1 o 2 más, a veces menos, pero lo más importante es que te comprometas a cumplirlas, haciendo uso del resto de técnicas que he compartido hoy contigo –o las que te funcionen a ti– de este modo podrás hacer check, dándote el permiso de sentir la satisfacción del trabajo cumplido. Cerrar ciclos libera y recarga tu energía.
INCORPORA LA TÉCNICA POMODORO.
Es una técnica que consiste en trabajar por bloques de 25 a 45 minutos con pausas activas de 5 minutos en las que literalmente te levantas de la silla, tomas un vaso de agua, bailas una canción o haces cualquier cosa que implique movimiento. Moverte oxigenará tu cerebro y te hará un pequeño refresh para continuar con tu siguiente tarea o culminar la que tenías pendiente.
Algunas recomendaciones que te doy para que la técnica Pomodoro te funcione:
- Apaga tus notificaciones del celular
- Ubica tu celular en un lugar alejado de ti, a menos que lo que vayas a hacer implique directamente trabajar con tu móvil
- Cronometra tu tiempo, tanto el bloque ininterrumpido de trabajo como el bloque de descanso
- No sobrepases los 45 minutos de trabajo (para no quemarte) ni los 5 minutos de descanso (para no perder el flow)
- Acepta que habrá días en los que esta técnica no aplique, como cuando tienes un tiempo muy limitado para ejecutar tareas antes de una reunión, así que haz las paces con eso
APAGA Y ALEJA LOS DISTRACTORES.
Antes de sentarme a trabajar, ubico mi celular en el mesón de mi cocina, que está a 2.5 metros de mi sitio de trabajo. Si quisiera ir a buscarlo, tendría que levantarme. Esto te evitará sucumbir a la tentación de revisar “un momentito” algo y luego descubrir que llevas un buen rato pegado en redes sociales. No confíes en tu fuerza de voluntad, comprende que las redes tienen un componente adictivo científicamente comprobado, así que hazte el favor de alejarlas de ti cuando estés en modo ejecución.
Por otra parte, yo suelo escuchar música en YouTube mientras trabajo, y algo que me ha servido mucho es instalar la extensión de Google llamada Remmove recommentations Youtube VK Facebook, que bloquea recomendaciones de otros videos, es decir, una vez que termina el que estás corriendo, ¡ahí quedó! No va a salirte otro video tentador pidiéndote a gritos que le prestes atención. Puedes instalarla y probarla haciendo clic aquí.
Adicionalmente, tooooodas las notificaciones de mi celular están desactivadas. Porque si en algún momento lo tengo cerca mientras estoy trabajando, no quiero estar pendiente de esas interrupciones inoportunas e infinitas.
ENFÓCATE EN UNA SOLA COSA A LA VEZ ¡ADIÓS AL MULTITASKING!
Tal vez escuchas música cuando estás trabajando. Identifica si esa melodía es un distractor o un relajante para ti. Si te pones a cantar las letras –yo no puedo evitarlo– tal vez lo ideal sea escuchar música instrumental, para ello te recomiendo buscar música en frecuencia 432 Hz, este tipo de sonidos eleva tus vibraciones, llenándote de una energía ideal para tomar acción enfocada.
Si en cambio te gusta escuchar podcasts o audios mientras trabajas, identifica primero si el trabajo que vas a emprender requiere que tú hagas tareas complejas como pensar estratégicamente, sacar cálculos, analizar o resolver problemas, en esos casos será imposible que le prestes atención plena a ninguna de las dos cosas.
Y por último pero no menos importante, cierra todas esas ventanas que tienes abiertas a la vez en el computador o en tu celular. Mantenerlas abiertas le dice a tu inconsciente que tienes muchos ciclos abiertos y que debes atenderlos a todos a la vez.
Haz de esta afirmación, un mantra que aplica para todo en la vida:
Menos es más
MEDITA Y MUEVE TU ENERGÍA.
No me creas. Simplemente pruébalo. Sal a caminar, trotar o cualquier actividad física de bajo impacto al menos durante 30 minutos. ¡Voy más allá! Si tu rutina te lo permite, hazlo antes de sentarte a trabajar. Yo comencé a practicar yoga siguiendo el canal de YouTube de @ViridianaYoga las secuencias son super frescas, rápidas e intencionales. También es importante meditar. ¡Y te entiendo! si no has meditado nunca tal vez tengas la creencia de que necesitas flotar inmóvil como un monje tibetano durante 1 hora para lograrlo. Yo pensaba eso, en mi ignorancia, y por esa razón me resistía a meditar, hasta que descubrí el canal de meditación de Yasmari Bello en Anchor y fue la salvación hecha voz para mí. Sus meditaciones son cortas, precisas y llenas de amor.
A veces, cuando me siento muy apagada aún para comenzar a trabajar, simplemente me pongo los audífonos, enciendo una de mis canciones favoritas y me la bailo a todo dar. Esto me activa a niveles altísimos porque no solo disfruto hacer algo que me encanta sino que muevo mi cuerpo.
Otras veces, en las que simplemente no quiero pararme de la cama, me doy el permiso de dormir un rato más. Escuchar tu cuerpo es la clave para gestionar tu energía a tu favor..
EVALÚA SEMANALMENTE TUS AVANCES Y OBJETIVOS.
Así como te sugiero planificar tu semana con antelación, es imporantísimo evaluar qué logros obtuviste durante la semana que termina. Tanto si trabajas solo como si cuentas con un equipo de colaboradores, te sugiero apartar al menos 30 minutos el día que cierras tu semana laboral para evaluar si se cumplieron los objetivos que se plantearon para esos 5 o 7 días previos. Un sondeo preciso puede ayudarte a:
- Saber lo que se cumplió
- Dar un proyecto por culminado o pasar a la siguiente fase, según sea el caso
- Conocer lo que no se pudo lograr
- Evaluar qué ocurrió para que no se cumplieran algunas tareas
- Tomar nuevas decisiones para evitar la fuga de tiempo
- Preparar tu agenda de la semana siguiente con un enfoque claro
- Celebrar los objetivos que sí se alcanzaron
Y ese último punto es súper importante, porque celebrar cada pequeño logro es lo que hará que seas más noble y menos duro contigo misma, entendiendo que cada paso es vital para alcanzar tus metas profesionales.
Recuerda:
El éxito está construido por incontables pequeños pasos
EDUCA A TU ENTORNO SOBRE TU ESPACIO DE TRABAJO.
Este punto tiene que ver tanto contigo como con tu familia, amigos o quienes vivan contigo. Cuando nos lanzamos al mundo del emprendimiento digital, generalmente comenzamos en nuestra propia casa por dos razones principales:
- Solo necesitamos conexión a internet
- No tenemos capital para tener una oficina
Esto no está mal y es super común, pero puede afectar tu trabajo porque tu espacio laboral irrumpe en tu espacio personal y lo más seguro es que todo termine en un verdadero caos. Tú sintiéndote impotente y frustrado porque tu entorno no entiende ni respeta tu emprendimiento, y ellos sintiéndose abandonados porque “a ti solo te importa el trabajo”.
Especialmente si tu familia está compuesta por personas que no son emprendedores, es importante que te armes de paciencia y constancia para lograr, día tras día, que tomen una actitud amable y respetuosa hacia lo que haces, entendiendo que aunque te vean allí en casa, estás trabajando.
Te doy una recomendaciones puntuales que me han funcionado para integrar mis dos roles con equilibrio:
- Crea un espacio de trabajo. Ya sea que adaptes una de las habitaciones de tu casa como estudio o que simplemente dispongas una pequeña mesa con tu computadora, es importante que ellos sepan que esa es tu oficina.
- Establece un horario. Y este punto va ligado a que escojas uno que combine el momento del día en que estás más fresca y creativa, con aquel en el que haya bajado la marea de la actividad en tu casa; cuando todo se han ido a dormir o cuando aún no se han levantado, tomarte 1 a 3 horas bien enfocadas hará que tu productividad se dispare.
- Edúcales sobre tu rol profesional. Si te interrumpen, explica que estás en una reunión. Explícales una y otra vez. Explícales de nuevo. Sé amable siempre. Ellos no lo hacen con mala intención.
- Dedica tiempo de calidad a tu familia, especialmente a tus hijos pequeños. Crea espacios de desconexión de tu trabajo y conexión absoluta con ellos, para que así se sientan acompañados y valorados, y les sea más fácil respetar y entender los momentos en los que necesitas concentración sin interrupciones.
Para finalizar te digo que nada está escrito en piedra y que la mayor productividad la alcanzarás probando e integrando distintas técnicas hasta dar con la que mejor te funciona, y que incluso cuando durante un tiempo te vaya bien con esa, quizá tengas que ajustar tu metodología de trabajo, porque el emprendimiento digital es un excelente entrenamiento constante para expandirte y crecer.
¿Habías aplicado alguna de estas técnicas? Si practicas otra que te funcione, cuéntame ¡Me encantará leerte!
Ya para cerrar quiero invitarte al entrenamiento gratuito que haré el próximo sábado 17 de abril, donde compartiré 3 pilares de un negocio digital que vende y transforma vidas, y hablaré, entre otras cosas, de la persona en la que debes convertirte para ser más productiva.
Regístrate haciendo clic aquí y agenda esta cita contigo y para ti.
Por ahora te dejo una parranda de abrazos a anaranjados,
Muy buen aporte, muy recomendable! Saludos.